jueves, 24 de marzo de 2011

Aprender a enseñar a aprender a conectar y desconectar para aprender…

por Gastón Cosentino

Después de haber visto unos cuantos videos y leído otros tantos artículos sobre la enseñanza virtual, he decidido compartir algunas reflexiones acerca de este universo que se precipita hacia nosotros, en no pocas oportunidades, de un modo un tanto vertiginoso. Y como el 2.0 me legitima, voy a la carga del molino con cara de giga-nte, de modo muy breve.
Recuerdo las célebres palabras de quien predijera, una veintena de años antes de su aparición, algo así como Internet: Marshall McLuhan y su ya conocida ecuación: el medio es el mensaje:

Este profesor canadiense, entre otras cosas, pensaba en términos de extensiones de nuestro ser cada una de las técnicas o tecnologías manipuladas por el hombre (y la mujer?): la rueda, extensión del pie; la flecha, extensión de la mano; el libro, extensión de los ojos; internet, extensión de…
Tarea para el hogar.


Ahora bien, actualicemos a McLuhan. Si pensamos en la ruedilla del ratón y damos una especie de caminata interminable por un blog, vamos por buen camino. Por otro lado, si nos animásemos a relacionar la flecha con la que alcanzábamos alguna presa (cuando vestíamos pieles) y el cursor con el que alcanzamos otros objetivos en la actualidad, daremos, una vez más, en el blanco.
Se me ocurre que la cuestión de la enseñanza a distancia gravita no solo en un aspecto instrumental (esto nos dejaría con la foto y no con el film) sino en la mostración de una referencia. Pensemos en el césped de Windows XP, yo prefiero el que te da escozor luego de acostarte en él. Se entiende? Primero el pasto, luego el fondo de pantalla. Si suena el barullo de la cascada desde el protector de pantalla antes de bañarte en ella, te envío una invitación por e-mail y vamos juntos-as.
Y si nos conectamos para desconectarnos? 
En definitiva, me interesa tanto como cada herramienta que me permite X o Y cosas, preguntarme, al manipularla, qué está haciendo extensible y qué lleva a cuestas. Sin ir más lejos, aquello que intentamos configurar y ampliar con nuestras percepciones cada vez que pensamos en términos educativos.
Decía McLuhan:
Es tan importante como la apropiación, la innovación y otros objetivos que deambulan en las conferencias de los especialistas, la reflexión acerca de un fenómeno creciente. Aquí la idea de McLuhan tiene un filo que da miedo, y si el medio es el mensaje, el contenido puede verse como un mero aspecto formal que no incide en absolutamente nada. Ejemplos? Ebooks readers. Lectores de libros electrónicos. Trampa en el camino. El lector es tanto el aparato como el sujeto que lo manipula. Riesgo. El almacenamiento confundido con la asimilación o simple lectura. Más ejemplos? Gigas y gigas de ejemplos. Discografías y obras completas de ejemplos. Escepticismo, no.Tengo un lector. Dentro y fuera, tan romántico que no deja de oler cada hoja que hojea. 
Ahora bien, paremos la pelota: la interacción no es una victoria de la web 2.0: la lectura es un claro ejemplo de ello. La etimología de la palabra lectura, proviene del verbo latino legere, que entre sus acepciones, alberga la de reunión. El 2.0, ya era latino.

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