La introducción de las nuevas tecnologías ha supuesto una revolución en la enseñanza de lenguas, tanto a nivel institucional, como en la relación estudiante-profesor. La Web 2.0 no solo ha transformado el mundo de la información y la comunicación, sino también el de la educación. En pleno siglo XXI producimos información, además de consumirla, el conocimiento se ha democratizado y se construye de forma colaborativa. Así pues, los aspectos más relevantes de este nuevo entorno tienen que ver con el hecho de ser un espacio de aprendizaje, una fuente de información y un espacio de creación.
Sin embargo, todavía existe mucho miedo a convertirnos en docentes y aprendientes tecnológicos, algo que va desde “seguro que hoy que me he preparado la clase en la sala multimedia no funcionan los ordenadores”, a “profe, ayer no me pude conectar” o a “lo siento pero no creo que las pantallas digitales sean tan importantes para nuestros estudiantes”. Además, la tecnología hay que saber usarla… ¿no os habéis sentido identificados en alguna ocasión con este video?
Baltasar Pena Abal
La formación de unos y otros con respecto al uso de las herramientas digitales puede hacer que muchos de esos problemas y miedos iniciales se disipen y podamos explorar así las diferentes posibilidades que nos ofrece la web.
¿Qué posibilidades nos ofrece la web?
Como alumno…
En cuanto espacio de aprendizaje, los aspectos más importantes de este nuevo entorno son:
- los nuevos roles que deben adoptar profesores y alumnos,
- el paso del aprendizaje formal al informal,
- la interacción entre profesor y alumno,
- la construcción de conocimiento
- y la mayor autonomía del alumno.
El alumno deja de ser un ser pasivo o un mero receptor de información y se convierte en la pieza principal. El proceso de aprendizaje y las herramientas utilizadas siguen estando centradas en él (como dicta el MCER), pero pasa a asumir el control de su proceso de aprendizaje. Dolors Reig, define este nuevo papel activo del alumno como “Participo, luego existo”. El alumno interactúa en el mismo plano con otros alumnos y con el profesor y entre todos construyen conocimiento. Esto supone de su parte una actitud más madura ante el conocimiento, así como el desarrollo de competencias digitales que antes no se requerían.
En cuanto a la mayor autonomía que la web 2.0 proporciona al alumno y al paso del aprendizaje formal al informal, en este nuevo entorno el alumno no aprende solo dentro de las cuatro paredes del aula. Las herramientas de la web 2.0 le ofrecen la posibilidad de un trabajo más autónomo, de investigar por su cuenta, de participar en redes sociales y entrar en contacto con realidades culturales diferentes a la suya, etc. El alumno no depende exclusivamente del profesor para aprender.
Como profesor…
Por lo respecta al papel del profesor, la aplicación de las TIC suponen cierta pérdida de control, así como de "jerarquía", ya que ahora habla de tú a tú con el alumno. Profesores y alumnos construyen conocimiento de forma colaborativa, participan mano a mano en el proceso de aprendizaje y reciben retroalimentación. Esto no quiere decir que el profesor pierda valor. Al contrario, sigue siendo fundamental pues, si bien pierde exclusividad en cuanto a ser el único transmisor de conocimientos, no abandona su papel de guía y facilitador de los mismos. Y, por otro lado, mantiene funciones como la de motivar o evaluar y obligaciones, como la de fundamentar el proceso de enseñanza en las necesidades del alumno.
Otro aspecto importantísimo tiene que ver con la dimensión afectiva del aprendizaje. Dolores Reig Hernández, en su texto "Elearning 2.0, bases, principios y tendencias" al definir la "misión del tutor 2.0" corrobora el valor del mismo. La autora habla de factores como la ya citada motivación del alumno, así como del fomento de su curiosidad, la oferta de los contenidos a demanda, la potenciación de los logros, de la autoestima para la participación. Cita también la confianza en las capacidades del alumno y de la capacidad del docente de convertir oyentes pasivos en agentes activos de conocimiento.
Por fin, Pedro Díaz Simal en "Web 2.0. Un paso más..." aporta otro argumento a favor del valor del docente en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Al hablar de la elaboración colectiva de contenidos, afirma que ahora ya no es el profesor el generador de contenidos, sino que es "el alumno el que trata de ensamblar un discurso coherente en continuo intercambio con los compañeros" y añade: "siendo la función del profesor la de tratar de estructurar la colaboración para que llegue a buen puerto".
En el fondo, tanto para el caso del alumno como para el del profesor, la utilización de las herramientas de la Web 2.0 supone más de un cambio de actitud que una cuestión instrumental, como afirma José Ramón Rodríguez Martín, para quien “podríamos hablar de una educación 1.0 más vertical, donde el profesor lo sabe y "se lo enseña" a sus alumnos, a una educación 2.0, más horizontal, cooperativa, que fomenta la autonomía, que invita a una nueva forma de aprendizaje (informal, invisible, conectivista) y que se sirve, por supuesto, de estas herramientas y servicios 2.0.
Al igual que en el caso del alumno, para el profesor la adquisición de nuevos hábitos derivada de la utilización de las herramientas de la Web 2.0 en el proceso de enseñanza, conlleva adquirir un cierto grado de competencia digital que le permita llevar a cabo satisfactoriamente su función.
¿Y qué es la competencia digital docente?
Para adquirir esta competencia digital docente, el profesor debe ser consciente de la importancia que conlleva y tener los recursos necesarios para acercarse a ella. Jordi Adell clasifica el proceso en cinco pasos:
- Acceso
- Adopción
- Adaptación
- Apropiación
- Invención
Concluyendo…
El vacío de competencia, unido a la sensación inevitable de pérdida de control del proceso de enseñanza-aprendizaje (al menos en un primer momento), genera en el docente un cierto miedo a la hora de implementar las herramientas que nos ofrece este nuevo entorno. No obstante, el docente debe echar mano de su experiencia y del conocimiento de la materia que imparte para superar estos escollos planificando su trabajo y guiando al alumno adecuadamente. En la clase formal también lo hacemos: guiamos al alumno por unos caminos previamente delimitados, en una dirección concreta y le avisamos cuando se desvía o pierde el foco.
Por su parte, el alumno, si es joven, tiene mucha más intimidad con el ordenador y esto supone una ventaja de partida. Aunque no lo haya utilizado nunca para estudiar, muchos de ellos participan en redes sociales, utilizan el chat, juegan a distancia con personas a las que no han visto nunca, etc. No obstante, esto no quiere decir que sepan utilizarlas para aprender ni que sean usuarios críticos o eficientes, de la misma forma que no impide que en ciertos momentos no se sienta solo, abandonado, al hacer un curso online o al utilizar las herramientas de la web 2.0. El alumno necesita también adquirir competencia digital y cabe al profesor saber poner virtualmente la mano en el hombro del alumno, de la misma forma que lo hacemos en nuestras clases tradicionales.
A pesar de que muchas instituciones siguen impartiendo la enseñanza en espacios virtuales cerrados y sus esquemas de relación de enseñanza-aprendizaje se basan por lo general en los mismos roles que en la enseñanza física tradicional, etc. en la medida de lo posible debemos intentar explotar todas estas posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías y que son inmensas, desde desarrollar la autonomía en el aprendizaje o la interacción alumno-profesor hasta el intercambio de ideas y de conocimiento compartiendo información y aprendiendo dentro de un medio real.
Para ello, para poder fomentar el aprendizaje colaborativo, para acercar los espacios, eliminar la distancia y democratizar el conocimiento, es para lo que estamos creando una competencia digital docente.
¡Qué buen artículo! Gran exposición recogiendo mucho de todo lo tratado en el primer módulo. ¡Felicidades a ambos y gracias por la compilación y exposición!
ResponderEliminar¡Qué interesante y completo vuestro artículo! Enhorabuena. Por cierto, el vídeo de los monjes es buenísimo: 'Entonces cuando termino lo cierro', gracias por compartirlo y hacernos sonreír.
ResponderEliminarExcelente artículo y buenísimo el video.
ResponderEliminar¡Felicitaciones!